El Diario Oficial de Extremadura (DOE) ha publicado el decreto por el que se declara Bien de Interés Cultural (BIC) «El Palacio y los Jardines de los Duques de Alba» con la categoría de Sitio Histórico.
“La Abadía con su jardín” fue declarado Monumento Histórico-Artístico en el año 1931 sin que se determinara su entorno de protección, si bien “La Abadía” sí aparece inscrita en el Registro de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Cultura y Deporte con categoría de Monumento.
La declaración de este enclave como BIC en la categoría de Sitio Histórico permite, además de delimitar el entorno de protección del citado bien, definirlo como Sitio Histórico puesto que en él se encuentran “una agrupación de bienes inmuebles que forman parte de una unidad coherente por razones históricas, culturales o de la naturaleza… con valores históricos o técnicos”, como así recoge la Ley 2/1999 de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura.
La Abadía o Palacio de Sotofermoso de la Casa Ducal de Alba está emplazada a pocos metros de la localidad cacereña de Abadía y constituye un hito cultural importantísimo de la Alta Extremadura, no tanto por los restos que conserva de su antiguo esplendor, sino por ser el punto de referencia de sugestivas descripciones que, desde el siglo XVI, evocan la existencia de un jardín singular y sofisticado.
No se conoce la fecha del comienzo de las obras de reforma del palacio y la creación de los jardines, si bien se conoce que la antigua abadía-fortaleza fue reconvertida en un palacio renacentista, cegándose las almenas, cerrando las puertas medievales, eliminando los matacanes y levantándose una planta más, especialmente visible en el interior del patio.
La planta baja, donde se dispone el claustro, responde a un planteamiento mudéjar del siglo XV y la superior pertenece al siglo XVI. Se reorganiza también el resto del palacio al modo renacentista, centrando un eje de acceso desde la entrada principal a la salida a los jardines sobre otra puerta en la misma línea, abiertas en este momento.
El palacio, al que se accedía por un extinto camino de álamos, está precedido por una amplia explanada, la antigua plaza de armas de la fortaleza. El complejo palaciego está cercado por tapias de mampuestos de cantos de río, con diversas portadas, entre las que destaca granítica en arco de medio punto, fechada en 1694 y que cuenta con un escudo central del ducado de Alba.
En la actualidad, el conjunto tiene el aspecto de una gran casa de campo, con numerosas reformas, que ponen de manifiesto las diversas transformaciones acaecidas a lo largo del tiempo.