La torre de la Catedral de Badajoz se podrá visitar cinco siglos después de su construcción

Vista exterior de la torre de la Catedral de Badajoz | Foto: Turismo Extremadura

Badajoz sumará la torre de la Catedral de San Juan a su lista de recursos turísticos, según las previsiones, a partir del próximo año. Este elemento arquitectónico abrirá por primera vez al público una vez finalizadas las obras de adecuación que se iniciarán próximamente y que financiarán el Ayuntamiento de Badajoz, junto a la Archidiócesis, según han señalado el alcalde pacense, Ignacio Gragera, y el arzobispo de Mérida-Badajoz, Celso Morga.

Finales de este año o principios de 2023 es la fecha que manejan ambos representantes institucionales, que ayer presentaron este nuevo proyecto que pretende ser un recurso turístico «de primer nivel» para la ciudad.

Ambas instituciones ya tenían en cabeza esta idea una vez recuperado el Museo de la Catedral en 2020. El buen estado de conservación del espacio animaba a emprender el proyecto, que finalmente se llevará a cabo por una cantidad entre los 50.000 y los 70.000 €, de los que el consistorio aporta 35.000.

El alcalde ha subrayado la importancia de poner a disposición de los ciudadanos un elemento «absolutamente inconfundible» de la ciudad como es la torre de la Catedral, de la que destaca su buen estado de conservación y la presencia de elementos que dan un plus a Badajoz y con los que van a intentar mejorar la oferta turística: el mecanismo del reloj y el campanario, que incluye además la casa del campanero.

El interior de la torre se divide en tres niveles, que se suman al que conforma la base de la edificación. En ellos se pretende actuar para mejorar su seguridad y hacerlo apto para las visitas: reparación de los peldaños de las escaleras, iluminación, elementos de protección y señalética informativa. El primero de los niveles acoge la casa del campanero, en el segundo se encuentra el mecanismo del antiguo reloj (sustituido en el s. XXI por el actual), y el tercero corresponde al campanario.

La intención del arzobispado es incluir la visita a la torre, una vez rehabilitada, junto a la entrada al Museo de la Catedral, por lo que esta tendrá un incremento en el precio, aunque también se contempla la posibilidad de acceder directamente a la torre.

«Es un espacio totalmente desconocido, que por primera vez se podrá visitar», ha señalado Morga sobre este recurso que data del s. XVI. El arzobispo pone ahora su objetivo en el claustro de la catedral, de estilo manuelino, y en el que se pretende actuar próximamente, reclamando para ello la implicación institucional. «No nos merecemos que Mérida o Plasencia tengan 150.000 euros y nosotros nos quedemos con un euro», ha aseverado el arzobispo.

La torre, el elemento más singular del templo metropolitano

La torre es el elemento exterior más destacado del templo. Tiene 11 metros de anchura y 41 metros de altura, y está dotada de tres cuerpos y campanario. Aunque la fisonomía actual nos ofrece una única torre, hubo proyectos de construir dos, una a cada lado de la fachada principal, pero por diversos motivos y vicisitudes en la historia de la ciudad tan sólo pudo ser levantada la que hoy podemos contemplar.

La planta es cuadrada. Los materiales empleados son sillares graníticos y mampostería, que junto con el ladrillo son los utilizados también en el resto del conjunto catedralicio.

Exteriormente, se pueden apreciar cuatro cuerpos. El primero presenta en el lienzo occidental una ventana de medio punto abocinada de características estilísticas románicas. La ventana está decorada por una hilera de perlas, que se repite en la moldura de división con el segundo cuerpo, y una serie de motivos vegetales estilizados. En la división entre el primero y el segundo cuerpo, hilera de pomas y rosetas decorativas.

El segundo cuerpo tiene dos ventanas. La del lado occidental es de estilo plateresco, dividida en dos cuerpos, el inferior está formado por un vano adintelado, dividido por un parteluz y enmarcado por pilastras de orden compuesto y rematado por un friso con la inscripción AVE MARIA. Está fechada en los capiteles de las jambas en 1532. El cuerpo superior está decorado con una concha o venera entre balaustres y un remate de cornisa. Toda la ventana presenta los elementos decorativos propios del plateresco. Es obra de Juan de Ayala. La ventana del lado norte es de estilo gótico tardío. Está formada por un vano adintelado y coronada por un arco trilobulado con venera central y las cabezas en relieve de San Pedro y San Pablo; remata el gablete entre dos pináculos y dos escudos labrados en mármol, uno con el cordero, emblema de la catedral, y otro del obispo Pedro González Manso, que rigió la diócesis de 1526 a 1532. En la división del segundo al tercer cuerpo se emplea una moldura ajedrezada rematada con una crestería gótica.

Las fachadas norte y oeste del tercer cuerpo presentan dos ventanas adinteladas, decoradas con un cordón formando un arco conopial y decoración de perlas. En 1715 se colocan en estas ventanas las “esferas” del reloj, realizado por Miguel Taramas. El tercer y cuarto cuerpo se separan mediante una sencilla moldura con escudos.

El cuarto cuerpo es el de campanas, formado por dobles arcos de medio punto, más uno de campanil en cada frente. Estilísticamente responde a un segundo renacimiento de líneas más puras y clásicas, vigente en España a partir del segundo tercio del siglo xvi. Este cuerpo está rematado con un friso de doble moldura y un busto por cada frente, entre los que aparece el de San Juan en el lado occidental. En sus ángulos, gárgolas figurativas cuya finalidad es evacuar el agua de las lluvias. Fue concluida en 1542 por Gaspar Méndez.

La torre está coronada por pináculos y almenas con cazoletas de barro vidriado que se utilizaban para las luminarias que se encendían en la ciudad en fechas señaladas, como las vísperas de fiestas. Hay que tener presente que la vida ciudadana se organizaba en torno a su centro religioso y la torre–campanario era el medio de comunicación para convocar a los actos litúrgicos, anunciar los festejos y sucesos cotidianos relevantes, e incluso regular la actividad de la ciudad marcando las horas del día. Estas funciones se cumplían gracias a las campanas y a las mencionadas luminarias.

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí